Todo pasa, todo cambia, todo se transforma.


"La esperanza es el único bien común a todos los hombres; los que todo lo han perdido la poseen aún".

Tales de Mileto. 

 

En Venezuela, cada día luchamos contra la bola de nieve que viene en picada, que parece arrastrarnos a todos, a los que trabajan honestamente, a los que apenas empiezan a vivir, a los que tienen años en esta Patria, a los que han estado en negocios sucios durante toda su vida, los que eran honestos y ya no más, acá hasta el más fuerte padece las miles de noticias patéticas que están en los titulares de nuestros periódicos o que simplemente se transmiten de boca en boca como si se tratase de una reunión de la serie de los 90 "¿Le temes a la oscuridad?", cuando en cada reunión familiar o con amigos siempre el tema es el mismo: la inseguridad, el miedo, la situación sin solución y las encrucijadas del camino.

Ningún padre debería despedirse de un hijo porque un día este salió y como si se tratase de una película, se cruzó con quien no debía y le descargaron todas las balas que ni Superman podría resistir, parece que el país se nos pudre en las manos, se nos desangra, pero somos "fuertes" y nos acostumbramos. 
¿HASTA CUÁNDO?. 
La pregunta que me pasa por la mente muchas veces es por qué los jóvenes que tenemos miles de sueños,  proyectos, ganas de comernos el mundo, de ser padres, de ser viejos, de vivir, tenemos que sentir que podríamos morir mañana a cualquier hora del día, ¿POR QUÉ?.

Cada día la mejor solución de todo el mundo es pensar en irse, como si fuera algo tan sencillo, como si uno tuviese dos vidas, una para vivirla plenamente con los que amas en Venezuela y esta otra  paralela de protección en un país "seguro". 

Qué duro es ser un joven entrando en la adultez en un país como esta Venezuela de la década del  2000, en general que se va a pique, qué duro es ser parte de esas cifras rojas y los titulares más horrendos que alguien querría leer alguna vez en su vida.
Estoy segura que las generaciones futuras dirán ¿cómo rayos se dejaron montar la pata?, si hasta yo, que no estoy en el futuro lo digo, pero es que no nos montaron la pata de un día para otro si no con 14 años y poco a poco fueron  tomando todas las armas, colocando discursos violentos, afianzando las diferencias sociales y la cultura de discriminación que tenemos.

Cada uno se ha dedicado a construir una burbuja para afrontar con valentía el día a día, al menos eso es lo que hago, uno sale de casa encomendándose a  que una va a saber cuidarse en la calle y que malos ojos no lo verán, pues se está saliendo a laborar, a luchar por el futuro y por la vida que queremos, pero estamos en este perenne toque de queda, en esta temporada absurda del país en la que no se ve la orilla luego de nadar y nadar , eso parece, pero me gusta tener la convicción y guardar esas feas historias de jóvenes como tu o como yo que con 22, 20 , 19 , 18 años estudian, se gradúan son novios, hermanos , hijos, se van un día sin ver cumplidas sus metas por robarles algo material, porque el destino lo quiso, porque la impunidad reina y cada vez somos un poco más como una ciudad Gótica y sombría.

No queremos irnos, pero ¿cómo quedarnos?, si queremos quedarnos vivos pero cada día todos se van y no en un avión para regresar en un par de años...

Se extraña a los que no están, pero que calma se siente el saber que sus vidas están a salvo al menos de la inseguridad por salir a comprar pan o cualquier cosa , a la vez ellos se convierten en una suerte de amuleto para nosotros, espero seguir teniendo todos los días la misma valentía con la que salgo a caminar en la calle, con la que me despido de mi familia al otro lado del teléfono con la certeza de que todos estamos protegidos y nada nos pasará.

Creo que perder la fe sería muy fácil , creo que dejar de quejarse sería rendirse, creo que sí, Dios protege al inocente, pero que uno debe cuidarse a si mismo, que a los niños que crecen en el país como está actualmente, hay que darles un pequeño país feliz en cual vivir sin temor a perder a sus papis, hay que enseñarles hoy más que nunca a confiar en el ángel de la guarda, creo que todos deberíamos estar seguros de que vamos a formar nuestras familias en una Venezuela mejor que en la que crecimos, donde tus buenas ideas tengan el salario que se merecen, donde los intelectuales se queden y podamos florecer, donde el miedo se quede dormido y la muerte solo regrese en la vejez o la enfermedad, pero no con las balas, con las navajas, con las armas.
Para el día a día nos basta con afrontar esto con mucha fuerza, con trabajo y más trabajo, con toneladas de esperanza. Todo pasa, todo cambia, todo se transforma.

Solo deseo que ya no se apaguen más sueños...

#AGolear
@Titacedeno

 
"I will try to fix you"





Comentarios

Entradas populares