miedo
nombre masculino
1.
Sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario.
2.
Sentimiento de desconfianza que impulsa a creer que ocurrirá un hecho contrario a lo que se desea.
Caracas- Venezuela 19 de junio 2017. Día 80 de protestas.


-MIEDO-
Me considero valiente, aunque muchas veces sienta miedo. No me gusta reconocerlo, porque siento que si lo asumo me congelo, no me muevo.
La semana pasada, el día del plantón, fuimos a almorzar con mi jefe, dejamos las pertenencias de "valor" y nos fuimos caminando a la pollera que está a 2 cuadras, comíamos y hablábamos del país; entonces a mitad del pollo y las hallaquitas, escuché con suavidad la voz de una compañera "ESTÁN ROBANDO", giré la mirada y vi el revolver a tan solo una mesa de distancia de nosotros apuntando la cabeza de un señor, volví a mirar mi plato, con un fuerte dolor de cabeza y vi a mis compañeros, ninguno de los 6 nos movimos, me dio por ponerme a rezar y sentirme más vulnerable que nunca, un ardor en la boca del estómago, dolor de cabeza y ganas de llorar.

Escuché además en los escasos no sé 3-4-5 minutos que había durado esto como el ladrón le decía a uno de los señores "Yo no quiero reloj mamaguebo, dame el celular", luego de eso al cabo de un momento levanté la mirada y el señor que fue robado se subió a su carro y era evidente que ese ciudadano "común" quería ir a matar a los ladrones, al rato se regresó con cara de vencido "Coño vale, casi casi me los llevo y pensar que tenía la pistola ahí en el carro, señores a esos tipos hay que matarlos".

Fue un almuerzo amargo y lleno de vida... ¿Me explico?
Hoy tras 80 días de protestas, nuestros problemas no están resueltos, estamos descontando la arena del reloj, nos siguen robando a cualquier hora, le siguen poniendo precio a nuestra paz, nuestro bienestar.

No me gusta sentir miedo, hoy veo la foto de estos chamos enfrentando a los Guardias armados y me siento cobarde, no los podemos llamar locos. 

Hago el ejercicio de meterme en sus mentes y pienso que quizás a Fabian Urbina le mataron un familiar, su papá ya no está recibiendo el material de la diálisis peritoneal como el mío, o sus hermanos y amigos se fueron, trabaja y no le alcanza para comer, le han puesto una pistola al menos 1 vez al mes y cuando duerme reza para no tener que irse del país y llorar a los suyos en el exilio, lo motiva una vida en una Venezuela que no conoció, un país que ya no existe.

Pienso que a veces el MIEDO a perderlo todo, es tan grande que aunque se pierda la vida, al menos se perdió el MIEDO.



Descansa en libertad Fabian junto a tantos que han sido valientes.
Esther Cedeño
19 de junio 2017
@Reuters

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