Para Manuel
In memoriam
Sé que tengo que decir y hacer algo con respecto a tu
partida, siento que es muy frívolo a veces, solo expresar una parte de lo que
siento en redes sociales, por otra parte, también es un remedio terapéutico para
recordarte con los demás que te conocimos tan bien.
Puedo imaginarte casi cada día, he soñado contigo 2 veces
después de tu partida, ambos sueños han sido surreales, dolorosos, pero llenos
de verdad, al menos así los siento. Es mi subconsciente dándole vida a mi
imaginación o quizás eres tú, hablando en sueños.
El primero fue a unos pocos meses de tu asesinato, yo no
pude asistir a Margarita a despedirte, no conseguí pasajes para volar con tanta
premura, no te imaginas como quería estar ahí y compartir mi dolor con nuestros
amigos de literalmente toda la vida, sostener a tu mamá y darle un abrazo
enorme a tu novia.
Quería ir, para tratar de enterrar mi dolor ahí contigo…
Pero no fui, así que a los meses tuve el sueño más lúgubre, soñé que fui a tu
velorio, que te vi en el ataúd y que fuimos a enterrarte, solo soñé eso, que
tuve la oportunidad de llorarte y luego desperté.
Pero hace unos días, nos vimos de nuevo, esta vez yo estaba
en Margarita, estábamos reunidos y nos llamaron para una emergencia, que algo
había pasado contigo, tu hermanito y tu mami, Joanny y yo nos bajamos corriendo
en la clínica y te vimos dabas vueltas como un loco de un lado al otro gritando
que era muy injusto, que no te querías ir, que todavía tenías que graduarte,
entregar la tesis y casarte, nosotras nos vimos las caras y nos pareció surreal
que pudimos abrazarte y tratar de consolarte, lloramos contigo y secretamente
ambas sabíamos que te habías ido, y que estábamos de alguna extraña manera
retando las leyes de la espiritualidad, conectadas con tu alma en cierta forma
escuchando tus penas y dejándote llorar, preguntabas por tu mamá y tu hermano, decías
que tenía que ser un error. Verte así tan desorientado, justo como mi mente
humana, siente que viviste los últimos momentos de tu vida, al verte indefenso
y sabiendo que estabas a la merced de la tan temida inseguridad… lleno de miedo
a la muerte, como todos , me parte hoy por hoy el corazón, sé que quizás no
debería darle mucha importancia porque es solo un sueño y la verdad es que no
estás, pero cada día rezo por ti, por tu alma, por tus anhelos, por tu amada
familia, por nosotros, por mi familia, por sentirme en paz y por sentir
seguridad.
Hoy es tu cumpleaños, me habría encantado enviarte un
mensaje en whatsapp para que veas como siempre lo recuerdo, ver luego las fotos
de la reunión que harías, leerte, saberte bien, feliz, vivo, pleno, saber que
como siempre nos decíamos somos los mismos de siempre a pesar del tiempo, la
distancia, nuestro cariño, el de nuestro grupo de amigos sigue intacto en el
tiempo, con sentimientos impolutos a cualquier cosa.
Espero que tú, tu nombre, tu historia, esta cicatriz que
lleva tu nombre de ir por allí contando algunas veces por qué los jóvenes se
van de Venezuela desgarrándose el alma por dejar a sus padres, se trata de un
instinto de supervivencia más que un capricho, que nuestras vidas en Venezuela
están a la merced de una ruleta rusa de balas, hambre, pobreza, resentimiento y
odio.
Manuel, eres luz, eres risas, sonrisas, los mejores
recuerdos que atesoro de Margarita, los incluyen a ustedes, te incluyen a ti,
gracias por sacar lo mejor de nosotros, te quiero, te queremos, te deseamos en
paz, no dejaste ningún pendiente amigo, toda tu vida fue luz….
Nos vemos siempre, en sueños, en mis recuerdos y en mi
corazón, tendré conmigo siempre esta cicatriz, este dolor de saberte parte de
las estadísticas, pero utilizaré todo esto como motivación para abrazar más,
para ver a mis amigos con más frecuencia, para nunca estar tan ocupada como
para no decirle a todos cuanto los quiero.
El reto más difícil es vivir estando consiente de disfrutar
cada momento, de disfrutar el presente que es lo único que tenemos. Te contaré
algo para que rías conmigo, recuerdas que le tengo pánico a las montañas rusas,
pero en octubre mis cuñados me invitaron a un parque completamente de montañas,
si te soy muy honesta, creo que estabas allí conmigo ese día, pues aunque me
moría del miedo (literalmente) cuando pensaba en ti, me obligaba a subirme en
cada atracción y a gritar mucho, hoy tengo un par de meses sin abrazar a mis
padres y cuando me entra la nostalgia, te pienso y agradezco por el aire que
respiro, por los logros alcanzados y le pido a Dios tiempo y fortaleza para
abrazarlos pronto.
Conmigo siempre,
Te quiere.
Esther Carolina
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